Cuernos de bóvidos, tambores de cerámica, flautas de hueso y
zumbadoras son algunos de los instrumentos musicales que pudieron usarse hace
7.000 años. Su uso es incierto, al igual que el de una serie de recintos
circulares con empalizadas de madera y varios accesos, localizados en la Baja Austria y
datados en el Neolítico. ¿Para qué se utilizaron? Los arqueólogos han propuesto
diversas interpretaciones sobre su función: lugares de culto, espacios para juegos
o estructuras-calendario cuyas entradas indicaban el solsticio de verano y el
de invierno.