En
Taklamakán, desierto del Asia Central, en China, existe un lugar
legendario, Loulan, por el que pasaba la Ruta de la Seda. La ciudad,
descubierta por el explorador sueco Sven Hedin a comienzos del s. XX,
alberga un cementerio que cuenta con 300 tumbas. De ellas, ninguna ha
sido estudiada científicamente. A pesar de las condiciones climáticas
extremas, una expedición chino-japonesa comienza a excavar el yacimiento
y a descubrir momias en sarcófagos de madera, en un excepcional estado
de conservación.