En el año 1906, Enric Prat de la Riba solicitó a los arqueólogos que
buscaran el "alma" de Cataluña. Dos años después, bajo la dirección del
arquitecto Josep Puig i Cadafalch, se iniciaron las excavaciones en
Ampurias. Al año de iniciadas las mismas, se produjo un magnífico
hallazgo: una estatua que reproducía al dios griego Asclepios.
Transcurridos cien años desde el inicio de las excavaciones, aquella
estatua, la única de su importancia encontrada en toda la Península
Ibérica, ha regresado a Ampurias.