El centro ceremonial de Chavín de Huántar se construyó en Perú hace unos 3300 años. En él una élite de sacerdotes se erigieron en gobernantes teocráticos. Allí representaban el teatro del más allá, poniendo en escena una compleja liturgia y reforzando su poder ante los peregrinos que acudían en busca de respuestas. Usaban sustancias alucinógenas y todo tipo de efectos sonoros, olfativos y acústicos para manipular las percepciones que experimentaban los neófitos. De esta manera la casta de sacerdotes se colocó en la cima de la pirámide social y mantuvo su autoridad durante 800 años, sin necesidad de ejército alguno.