Mayo de 1798: Napoleón emprende su sueño oriental y desembarca en Egipto, cuna de la civilización, con un contingente de soldados, marinos e intelectuales. Una vez pacificado el país, los llamados “savants” o sabios, científicos que acompañaron a las tropas, pudieron por fin dedicarse a descubrir las maravillas arqueológicas escondidas en el país. Pero mientras la expedición partía hacia el sur, la campaña militar de Siria se estancaba. Tras tres años de trabajo, los acontecimientos políticos y militares obligaron a estos pioneros de la Egiptología a regresar a Francia.