Sumergidos en la estepa mongola, sin electricidad y sin agua corriente, cinco arqueólogos suizos, junto con investigadores de Ulan Bator, excavan un antiguo poblado de 2000 años de antigüedad. La campaña arqueológica nos sumerge en la vida cotidiana de este asentamiento con viviendas semi enterradas en el suelo. Se trata de una inmersión en los modos de vida tanto de los actuales mongoles como de los antiguos Xiongnu, constituyendo para los científicos un viaje a la vez espacial y temporal, tras el que descubrirán su propia identidad.